Para muchas familias, el cambio de hora para pasar al horario de verano puede ser un tremendo desafío. Sobre todo porque hay más horas de luz diurna, y acostar a un bebé o niño cuando aún está de día puede ser una misión imposible.
La buena noticia es que existen diferentes opciones y elementos que te ayudarán con este cambio de horario. Acá te dejamos algunas alternativas para que evalúes cuál es la que se ajusta mejor a tu familia.
1. No hagas cambios
Mantén el horario y rutina tal cual, sin considerar el cambio de hora. Al dejar que tu hijo(a) se despierte a la misma hora de siempre, en el nuevo horario será una hora más tarde. Es decir, si se acostaba a las 19.30 y despertaba a las 6 am, después del cambio de hora se irá a dormir a las 20.30 y despertará a las 7 am. ¡Así de fácil!
Esta opción es especialmente conveniente para bebés o niños madrugadores.
2. Ajusta el horario gradualmente
Si la opción 1 no les funciona como familia, porque tu bebé o niño(a) se estaría acostando muy tarde, entonces esta semana comienza a hacer un ajuste gradual.
¿Cómo? Despierta a tu hijo(a) 10 min antes de lo normal cada mañana y adelanta 10 min la hora de dormir cada día. Así, en 6 días tendrá su nuevo horario prácticamente intacto.
3. Adapta el horario ese mismo fin de semana
El domingo 3 por la mañana, después del cambio de hora, despierta a tu hijo(a) 30 min. antes de lo normal.
Si se están guiando por las ventanas de sueño, mantenlas igual durante el día, y asegúrate de que la hora de acostarse sea 30 min antes de lo habitual.
Si tu hijo(a) duerme 1 siesta y siempre a la misma hora, ese domingo puedes acostarlo 30 min antes de lo normal.
Ejemplo de horarios
Tips extra
- Mantén la rutina de acostarse constante.
- Los cambios requieren tiempo, así que respeta el ritmo de tu hijo(a).
- Usa la luz del día y la oscuridad a tu favor. Durante el tiempo que está despierto(a), expon a tu hijo(a) a la luz del día, y en la noche privilegia ambientes oscuros.