La pérdida de identidad en la maternidad

La pérdida de identidad en la maternidad

¿Sentiste una pérdida identidad en la maternidadNo eres la única. Convertirnos en madres implica una profunda transformación en que las mamás ponemos todo de nuestra parte para adaptarnos rápidamente a este nuevo rol. Es un camino sin manual de instrucciones, y es normal que muchas nos sintamos algo perdidas, no solo en el camino, sino también en esta nueva versión de nosotras.

Pérdida de identidad en la maternidad

Para entender más este proceso y cómo transitarlo, conversamos con Nicole Dimonte de @criardelamano, psicóloga especialista en salud mental perinatal. 

"Lo primero, es entender que la pérdida de identidad personal es algo común en la maternidad, pero seguimos siendo nosotras, solo que ahora se añade a nuestro pack identitario un nuevo aspecto de nosotras mismas: ser madres".

La maternidad es uno de los procesos más transformadores que puede vivir una mujer. Como todo cambio, implica tensiones y un proceso de adaptación y reajuste, y eso requiere tiempo. Es importante normalizar todo el desajuste y vulnerabilidad que implica el tránsito hacia la maternidad, y comprenderla como una crisis normativa y esperable de una mujer que se convierte en madre.

¿Cómo hacer las paces con esta renuncia a una parte de quienes éramos antes?

En una sociedad donde priman la inmediatez y rapidez por resultados, cuesta amigarse con la idea de que convertirse en madre es un proceso de reorganización y reconstrucción psicológica, de la propia identidad, de la relación con una misma y con los demás, y del lugar que ocupamos en el mundo.

Para transitar mejor este período de renuncia y nuevas ganancias, ayuda mucho encontrar espacios de disfrute en esta nueva etapa. Si todo lo que implica ser madres se asocia a una experiencia difícil y llena de sacrificios, evidentemente todo lo bueno queda puesto en el pasado, y todo lo malo en el presente.

4 consejos para lograr ese reajuste de identidad

  • Encuentra espacios para ti

No pierdas de vista lo necesario que es encontrar espacios para conectar con las otras partes de ti. Si bien el ser madre posiblemente hoy ocupa gran parte de tu día y de tu tiempo, sigues siendo más que madre y eso requiere también un lugar en tu cotidianidad.

  • Reajusta tus expectativas

Buscar reajustar expectativas respecto a las cosas que puedes hacer hoy que no tengan que ver con la crianza, porque muy posiblemente ya no vas a poder hacer deporte tantas veces a la semana como solías hacer, o juntarte con tus amigas tanto como antes. Sobre todo en períodos de crianza temprana, se empieza a valorar cosas mucho más sencillas y acotadas en el tiempo: un almuerzo tranquilo, ver una serie de corrido, almorzar con una amiga, salir sola a pasear al perro, etc.

  • Acude a tus redes de apoyo

No es de regalona pedir ayuda para salir una hora a hacer alguna actividad que sea de tu interés, aún cuando no sea urgente. Es una necesidad porque te entrega bienestar y renovación de energías, y eso repercute de manera directa en tu disponibilidad para seguir cuidando de ti y de tus hijos(as).

  • Todo es transitorio

Comprender que los primeros años de crianza son intensos y demandantes pero que no duran para siempre, y que llegará un momento en que los tiempos personales vuelvan a estar a disposición con mayor facilidad.

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